En mis brazos caerás, ingenuo narcisista,
seducido por mis dulces y crueles engaños.
Seducido por el falso resplandor de mis ojos
te hundirás en los mas profundos abismos.
Creyendo los mas incoherentes delirios
estarás sometido a mi condena.
Como una absurda marioneta
seràs manipulado a mi antojo.
Hasta embriagarte beberás, insaciable,
el adictivo néctar de mis besos.
En mis labios impuros probarás
el placer de alcanzar lo prohibido.
De tus sueños lascivos sere protagonista,
testigo recurrente de tus padecimientos;
De tus noches de lujuria sere culpable
y causante de tu inminente aniquilamiento...
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