Si hay algo que admiro en una persona, es la capacidad REAL de expresarse (nótese el énfasis en la palabra REAL).
Quiero decir... la mayoría de nosotros podemos hablar, escribir, divagar... pero pocos, realmente MUY pocos tienen ese don, esa maravillosa cualidad de encontrar las palabras justas, precisas y necesarias para, justamente, expresar sus pensamientos, ideas, sentimientos...
Que una persona tenga el poder de conmover a través de las palabras, que logre hallar el término correcto, la coherencia justa, la fluidez precisa para transmitir exactamente lo que quería transmitir, me causa una increíble admiración, y, ¿por que negarlo?, una pizca de envidia.
Pero aun menos frecuente es hallar alguien que respalde sus palabras con acciones, donde la belleza de esas palabras tengan bases sólidas, unos cimientos fuertes, y no terminen volando ante la primera brisa, perdiéndose en la inmensidad de la nada... Alguien que pueda reafirmar con hechos lo que proclama con sus dichos... Alguien que no se oculte tras una màscara de promesas o intenciones ocultas... Alguien que no tenga miedos, o que, en todo caso, tenga el coraje y valor necesarios para enfrentarlos... Alguien que pueda ser, total, abiertamente, sin restricciones... REAL.

Muy, muy pocas veces creo ser cómo ese ser. No del todo. Solo en contadas ocasiones logro hallar las palabras justas para expresarme. Y en esos brevísimos instantes, mi vista comienza a nublarse por la catarata que le sigue, inevitablemente, a esa enorme catársis. Pero aun así respaldo mis dichos, mis verdades... Las defiendo con todas mis fuerzas, aun sin tener fuerzas. Las sostengo con mi vida, aun sin tener vida. Por mero instinto de supervivencia, ¿quizás? O por el autoconvencimiento de que, aun hoy, hay esperanzas en mi búsqueda. Alguien a quien... ¿AdMirAR?




[ Nota mental: SE que me autoengaño constante y (pseudo)conscientemente. No existe tal búsqueda. Sólo necesito comprobar que aun quedan cimientos que sostengan esas palabras. ]